La comunicación por escrito fue uno de los grandes avances de la humanidad, pues permitió que grandes ideas pudieran ser transmitidas íntegras hasta generaciones posteriores, lo que no siempre era seguro con la transmisión de manera oral. Con el tiempo, se buscaron maneras de hacer más fáciles las cosas y en un lapso de tiempo menor, lo que nos permite eficiencia y efectividad.
Con la llegada de los procesadores de texto, se logró un gran paso en este sentido, aun desde los más primitivos sistemas, con las antiguas máquinas de escribir, que han superado la prueba del tiempo, y aún hoy en día, en una u otra forma, siguen vigentes en su uso.
Los procesadores electrónicos de texto han sido una de las primeras aplicaciones que se le dieron a las primeras computadoras, pues representan una alternativa moderna a la antigua máquina de escribir, siendo mucho más potente y versátil que ésta.
Los programadores tenían que comunicarse con las máquinas de una forma muy especial y al mismo tiempo complicada, por medio de tarjetas perforadas y códigos. Con el paso del tiempo los mismos programadores diseñaron una aplicación que les permitiera programar de forma más inteligible, o sea escribiendo comandos (órdenes) en forma de texto, con lo cual la programación podía ser legible. Así nacen los primeros editores de textos. Éstos van cobrando tal uso que empresas de software diseñan estos editores, cada vez de forma más parecida a una máquina de escribir, y que en menor tiempo superan a éstas, haciendo más eficiente y más usada a la computadora.
Actualmente los procesadores electrónicos de texto son tan usados en nuestra vida cotidiana y en nuestro caso en el ámbito académico, que es casi imposible pensar el realizar una tarea a mano, pues los procesadores de texto nos han facilitado la vida.
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